Para CCOO Enseñanza los recientes desperfectos del CEIP Sagrado Corazón de Librilla responden a una clara política de dejar caer las infraestructuras educativas públicas por parte del Gobierno Regional que deja caer la educación pública mientras subvenciona la privada.
El sindicato recuerda a la CARM que es su deber como titulares de los centros el mantenerlos en óptimas condiciones y que sean los responsables legales en caso de que sucediera alguna catástrofe.
A juicio de CCOO lo que ha sucedido en el único colegio público de Librilla es fruto de la dejadez del gobierno Regional para con la red de centros de enseñanza pública.
Según CCOO Enseñanza los dos edificios pertenecientes al CEIP Sagrado Corazón de Librilla se encuentran en malas condiciones y son insuficientes para el volumen de alumnado existente. De hecho, como CCOO ha podido constatar, las y los menores están recibiendo clases en los pasillos. Por el contra, tal y como describe CCOO, mientras se deja caer el centro público el cercano centro concertado de Alhama de Murcia no hace más que crecer alumnos y alumnas provenientes de la educación pública de Librilla.
CCOO señala que la CARM lleva 16 años presupuestando la construcción de un centro único que dé respuesta a las necesidades de la comunidad educativa en el municipio pero no se materializa. A juicio del sindicato esta dejadez ha llegado a un punto de inseguridad insostenible que pone en peligro tanto al alumnado como al profesorado.
Tras una visita al centro CCOO ha podido constatar como gran parte del patio de infantil está delimitado por miedo a un nuevo desprendimiento de la cubierta del edificio de Infantil.
Según narra Nacho Tornel, secretario general de la Federación de Enseñanza de CCOO en la Región de Murcia "La descripción de colegio es de película de miedo: paredes agrietadas, filtraciones de agua en los techos con zonas de humedades, agujeros en los techos, las puertas de los baños están quitadas porque están rotas y así evitan que el alumnado se pille los dedos, ventanas que no cierran, persianas caídas que no se arreglan…" Tornel exige, por un lado, una declaración de responsabilidad por parte de la Consejería de Educación y por otro la explicación de los más de tres lustros de demora en la construcción del nuevo centro. "La comunidad educativa de los centros públicos no merece el maltrato institucional al que se la está sometiendo"